El dolor de existir

Cada mañana paso con un sorbo de agua mis ausencias. Escribo para no morir ahogada entre lo que quiero y no puedo decir. Respiro fuerte y salgo de casa.

Hace poco más de 1 año que voy a terapia, el reloj marca minuto a minuto cada palabra que sale de mi boca, me esfuerzo y hablo de aquellas verdades que ni yo sabia que existían. 
Nunca hay respuestas, no hay ni un bien ni un mal solo hay que saber escuchar. 
Solía creer que hablar era la solución a todo problema, lo que no sabía era lo complicado que es hacerlo cuando no se tiene una respuesta. 

Hallarte solo y entender.
Quererte para poder querer.
Perdonar para que te perdonen. 
Escucharte para aprender a entenderte. 
Suena más fácil de lo que en realidad puede llegar a ser...  

El dolor de existir empieza cuando no sabes para qué lo haces, de ahí se deriva a un sin fin de situaciones. 
No saber quién eres, qué quieres, a quién quieres, sobrellevar el amor, el desamor, la muerte y las ausencias. Todas estas INEVITABLES.

El dolor de existir termina cuando sabes para qué lo haces. 
Cuando aprendes que existir implica un sin fin de batallas ganadas y perdidas. 
Cuando amas y te aman a tal punto que sientes que el pecho te estalla. 
Cuando lloras y maldices, cuando te equivocas. 
Cuando atraviesas muertes y ausencias. 
Cuando te desplomas y al poco rato ríes. 

Y una vez que aprendes que de esto se trata existir, aprendes a vivir.  

Comentarios

Entradas populares de este blog